Sorprende el comunicado de prensa del Ministerio de Medio Ambiente y, Medio Rural y Medio Marino (MARM) que auspicia a la caza deportiva y comercial en el I Congreso sobre Caza y Desarrollo Rural. Así, el Ministerio argumenta que el objetivo de tan singular congreso es promover la cooperación entre los cazadores y los sectores económicos y sociales afectados, mostrando el papel de la caza en la conservación del medio natural y el desarrollo de los territorios.
Sin embargo, los cazadores, los que tienen una licencia de caza emitida por las distintas administraciones autonómicas no estarán representados como tales en susodicho evento. Curioso este hecho, pues a las Consejerías de Medio Ambiente de las CCAA es a las que se les paga y legislan la Caza, bajo las directrices del hermano mayor del Ministerio. Este último, continuamente columpiándose como en el caso de los controles por la gripe aviar a las acuáticas, el pasaporte europeo para los perros, el control de predadores, los daños provocados por las especies de fauna silvestre o el comité de caza y pesca, donde los cazadores y la caza social no están presentes.
Tal vez, esto sucede porque aún no se han enterado nuestros políticos, aunque se les ha dicho, que el mundo de la caza en España necesita de una reforma estructural. Dándole a los cazadores, sobre todo a los más humildes, lo que en derecho les pertenece desde la Constitución Española y los Estatutos de Autonomía. Así, parece que estos responsables en materia de caza se rinden ante los que cobran por la representación que ostentan y sin tener una sola iniciativa en la que los cazadores no tengan que pasar por sus arcas. En eso, si se sentirán identificados ambos grupos, el político por una parte y el deportivo y comercial por otro, pues ambos perciben remuneraciones nada desdeñables desde los afligidos cazadores por tan honorables labores de interpretación. Por supuesto, sin atacar el fondo de la cuestión por razones obvias carentes de principios.