El Monte Faro de Vimianzo estaba recuperando tímidamente su población de caballos salvajes gracias al empeño de un grupo de propietarios dispuestos a saltar todos los obstáculos administrativos para mantener una tradición secular nada rentable pero apasionante para quienes la disfrutan. Actualmente cuentan con una pequeña manada de entre 20 y 30 ejemplares, a la que tenían pensado agregar algunos más a través de varias compras. Sin embargo, la presencia de los lobos y la falta de compensación alguna por los animales que les matan les invita a desistir.
Solo desde el verano, según explica el presidente de la Asociación Cabalar e Cultural Monte Faro, José Manuel Pereira, ya han perdido cinco cabezas. De la última encontraron los restos esta misma semana. «Levabamos quince días buscando por ela pero non a dabamos atopado porque a mataron nun rego de auga, e estaba bastante mala de atopar», señala Pereira, quien ha constatado personalmente que las alimañas devoraron por completo la yegua de la que únicamente permanecen en el lugar, próximo a los repetidores de telecomunicaciones, partes del esqueleto.
Para el presidente de la asociación, lo sorprendente de este ataque es que fuese contra un ejemplar adulto y en buen estado de salud, porque las víctimas habitualmente suelen ser las crías o yeguas, que por su edad, no son capaces de defenderse ni de huir. Sin embargo, los datos recabados por Monte Faro apuntan a que en esta manada habría un macho adulto avezado en la caza de reses de mayor tamaño y que, además, podría instruir a los cachorros de las dos últimas camadas para que sigan sus pasos, con lo que el problema podría ir a más. Por eso, han pedido una reunión con el jefe de Medio Ambiente para que autorice alguna batida.
Caza
«E que en canto acaba a tempada de caza, que é durante a que se espantan un pouco e fuxen, volven outra vez a atacar ás eguas e isto así non pode seguir porque resulta imposible ter bestas no monte», añade Pereira, quien además denuncia una falta absoluta de apoyo por parte de las administraciones para preservar un bien que ayuda al sostenimiento ecológico del monte e incluso contribuye a mitigar los incendios forestales. «De todos os animais que mataron non recibimos nin unha soa compensación», se queja el presidente de Monte Faro, quien considera que las Administraciones no están por la labor de ayudarles en esta tarea de conservación.
FUENTE: LA VOZ DE GALICIA
