-Dos cazadores muertos y al menos tres heridos en lo que va de temporada. ¿Está muy dañada la figura del cazador?
-Estas cosas nos afectan, es verdad que estropean la imagen del cazador. Los accidentes en el monte crean una gran alarma social y la gente es con lo que se queda.
-¿Se toman las medidas de seguridad suficientes?
-Sí, se toman todas, pero los despistes son inevitables y con un arma de fuego en la mano las consecuencias son graves. A veces la suerte también tiene mucho que ver. Contra los rebotes de las balas, por ejemplo, poco se puede hacer.
-¿Alguna recomendación importante para recordar?
-Cumplir a rajatabla las órdenes del jefe de cuadrilla, llevar siempre ropa con distintivos reflectantes, llevar siempre el arma descargada hasta que se prepare la batida, no disparar en caso de duda..., todas las medidas de prevención son importantísimas.
-¿Alguna vez sufrió o vivió algún susto durante una jornada de caza?
-No, afortunadamente no pasé por eso. Y eso que A Mariña es una de las zonas más peligrosas para cazar. Hay mucha arboleda y la visibilidad es menor que en otras muchas áreas del centro o el sur de la provincial. Bueno, recuerdo que siendo joven viví en el Concello de Pol un accidente de un compañero, pero por suerte no fue grave.
-Expertos cinegéticos afirman que la caza está en franco retroceso. ¿Qué opina?
-Por lo menos aquí la sensación no es esa. Sigue habiendo la misma cantidad de corzos y jabalíes, las especies más comunes, que hace unos años.
-¿Cómo está resultado la temporada?
-Fabulosa, y no porque las capturas sean muy abundantes, que lo son. El cazador que ama la caza como un deporte, como es mi caso, no miramos la cantidad sino la calidad de las batidas.
FUENTE: LA VOZ DE GALICIA