7/12/11

Decomisadas dos perdices pardillas a cazadores gallegos en el Parque Natural del Lago

Agentes medioambientales y celadores de Medio Ambiente del Servicio Territorial de Zamora decomisaron el pasado sábado dos ejemplares de perdiz pardilla (Perdix perdix) a unos cazadores gallegos que dedicaron la jornada al disfrute de la caza en la alta sierra sanabresa. 

La intervención tuvo lugar en el marco del operativo realizado por la guardería durante los últimos años para evitar la desaparición de esta especie protegida, incluida en el Anexo I de la Directiva del Consejo 79/409/CEE . 
La perdiz pardilla, conocida en la comarca con el nombre de charrela, tiene su hábitat por encima de los 1100 metros de altitud en las zonas montañosas del tercio norte de la Península, y en la comarca sanabresa es seguida con especial interés y cuidado para conseguir su consolidación e incremento poblacional.
Los hechos tuvieron lugar en la tarde-noche del pasado sábado en pleno Parque Natural del Lago de Sanabria cuando el personal de la Junta de Castilla y León, en servicio de vigilancia, «realizaba un control preventivo de caza» en los parajes de la Laguna de Peces. 
Tras identificar a los cazadores, solicitar y comprobar la documentación, el personal de Medio Ambiente procedió «a la inspección del vehículo y de las perchas de caza». Fue entonces cuando localizaron los dos ejemplares de perdiz pardilla, «que portaban ocultos» para evitar su observación en caso de un superficial control rutinario. 
Más casos
Posteriormente procedieron a redactar la denuncia y al decomiso de las perdices así como el arma empleada para abatirlas, tal y como establece la Ley de Caza de Castilla y León y la Ley 42/2007 de Patrimonio Natural y de la Biodiversidad. Las sanciones, en caso de ser calificadas como leves, van desde los 500 a 5.000 euros.
Fuentes de la Guardería Medioambiental ponen de manifiesto que «por desgracia no se trata de un hecho aislado, ya que en fechas recientes, y en similares circunstancias, Agentes Medioambientales de las misma comarca interceptaron a otro cazador con ejemplares de perdiz pardilla abatidas también en la sierra sanabresa».
Fuentes del sector medioambiental de la Junta de Castilla y León hacen hincapié en que la perdiz pardilla pasa por una situación no muy boyante, aunque fue necesario retirar a la especie del catálogo de las cinegéticas y apostar por su protección conforma a las directrices europeas.
La Sección de Espacios Naturales y Vida Silvestre de la Junta de Castilla y León prosigue con el criterio de los últimos años de realizar un censo parcial de perdiz pardilla en la Alta Sierra para valorar la evolución de la población de esta especie. Son registros efectuados en los meses de octubre y noviembre. La memoria del Parque Natural del Lago de Sanabria correspondiente al pasado año recoge, en lo tocante a la perdiz pardilla, que las poblaciones se mantienen en un estado aceptable y en general se observó un aumento del número de bandos avistados así como del número de perdices censadas. Este año, con el censo ya efectuado, fuentes medioambientales también hacen referencia a que la población se mantiene estable, sin precisar la población estimada. 
Aunque en la provincia de Zamora exista un hermetismo oficial sobre la población de perdiz pardilla en la comarca sanabresa, la especie ha sido objeto de exposición por técnicos del Servicio de Medio Ambiente en un curso de pago organizado por la Universidad de León con los objetivos expresos de «realizar una revisión sobre la situación y problemática actual de las poblaciones de perdiz roja (Alectoris rufa), perdiz pardilla (Perdix perdix) y perdiz moruna (Alectoris barbara) en España. Así como «difundir los conocimientos científicos sobre los últimos proyectos realizados». 


Mejora del hábitat con siembras y desbroces de parcelas y amenaza del furtivismo 

El servicio de Medio Ambiente ha proseguido durante este año con los trabajos selvícolas en el territorio colonizado por el ave, así como el control de la caza en zona donde habita la especie. El decomiso de estos dos ejemplares el pasado sábado es una prueba de la efectividad y la atención que prestan los celadores y agentes medioambientales del Parque Natural del Lago comprometidos en esta misión. 
El pasado año se contó con financiación de la sección de Obra Civil de Endesa Generación UPH Noroeste para mejorar el hábitat de la perdiz pardilla, y se procedió a la ejecución de siembras de cereal en pequeñas superficies y desbroces de matorral en los mejores enclaves para la especie. Según se reseña en la memoria relativa al Espacio Protegido fueron «sembradas 200 parcelas, con una superficie media de 3.000 metros cuadrados, y desbrozadas áreas de anchura de 15 metros de media, que suman una superficie de 50 hectáreas». 
El Libro Rojo de las Aves hace referencia a una población de perdiz pardilla de entre 2.000 y 6.000 parejas nidificantes en todo el territorio nacional, y destaca que la especie sufrió una etapa de regresión que llevó incluso «a un aislamiento progresivo de los núcleos.
La especie sufrió en los pasados años graves riesgos a causa de los descomunales incendios registrados en el Parque Natural. Precisamente los incendios son una de las realidades que amenazan a esta comunidad de aves, así como la caza furtiva o ilegal. Pero existen otras amenazas naturales como la predación de otras especies, o derivadas de la acción humana como la alteración del hábitat o el abandono de las actividades ganaderas y agrícolas tradicionales.
Los viejos cazadores de charrelas de la zona hacen referencia a la abundancia de esta especie y a sus desplazamientos hacia cotas inferiores cuando la nieve empujaba a los grupos a buscar escenarios más benignos.
El Ministerio de Medio Ambiente sacó a colación este año un informe, denominado «Impactos, vulnerabilidad y adaptación al cambio climático de la biodiversidad española», elaborado junto con el Museo Nacional de Ciencias Naturales, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Universidad de Extremadura, donde menciona a la perdiz pardilla como una de las especies que puede verse afectada por el calentamiento. El efecto puede ser de extinción en la zona, de disminución de la población hasta niveles puramente testimoniales o de desplazamiento a otros lugares más proclives para este tipo de aves. Fuentes de la Sociedad Española de Ornitología consideran que esta caza furtiva puede tener el aliciente de hacerse con ejemplares «simplemente por el hecho de estar prohibida su caza».


FUENTE: LA OPINION DE ZAMORA