Estos destrozos se producen al caer la tarde. Tal y como señalan los vecinos, a partir de las ocho se puede ver a los animales haciendo de las suyas en las zonas ajardinadas de la urbanización. «Los intentamos espantar, pero la mayoría de las veces no hacen caso y no sirve de nada», comenta uno de los afectados: «Se trata de animales de 40 o 50 kilos de peso que, en el caso de que se vean acorralados, embisten todo lo que se encuentran por delante».
Desde la urbanización se culpa a una finca colindante, que presenta un estado totalmente descuidado, a juicio de los afectados. «Son unos 10.000 metros cuadrados que están muy descuidados y se han transformado en un monte bajo, en donde estos animales se encuentran a placer. Esto es un peligro muy grande porque el jabalí es un animal muy peligroso y más en una zona como esta, en la que hay muchos niños jugando en los jardines. En esta situación nadie se atreve a dejar solos a los críos fuera. Queremos que el Ayuntamiento tome cartas en el asunto y resuelva este problema».
Los residentes de Rialta dicen que han llamado varias veces al Ayuntamiento, pero que este insiste en que no han podido localizar al propietario de la finca para conminarlo a que realice las labores de mantenimiento necesarias para evitar esta situación.
Sanción administrativa
Desde el Ayuntamiento de Oleiros se recuerda que el consistorio no tiene facultades para actuar en una propiedad privada. Las armas para evitar este tipo de descuidos y ponerles coto son las sanciones administrativas. Al tratarse de un incumplimiento flagrante el propietario tiene varias sanciones pendientes.
FUENTE: LA VOZ DE GALICIA
