28/11/09

La alta densidad de ungulados está cambiando el tipo de bosque cantábrico

La alta densidad de ungulados -mamíferos herbívoros con pezuñas- en la Cordillera Cantábrica está provocando la modificación de la típica "serie forestal de la Cordillera" y el agotamiento de las arandaneras, donde los urogallos sacan adelante a sus polladas. Así lo ha afirmado hoy el catedrático de Zoología en la Universidad de León (ULE), Francisco Purroy, en declaraciones a la agencia EFE, quien ha advertido que el impacto de ciervos y corzos en la montaña cantábrica afecta a la regeneración de árboles nobles y a su producción de frutos.
Entre las especies vegetales más afectadas en las zonas de Picos de Europa y Riaño (León), Purroy ha señalado el mostajo, el acebo, el roble albar, el serval de los cazadores y el olmo de montaña, los cuales son consumidos o descortezados con la cuerna de estos ungulados. "Es un impacto que hace que vaya a disminuir en el futuro, tanto la regeneración de estos árboles nobles como la producción de frutos", ha destacado el experto en aves.
Asimismo, la abundancia de ungulados en la zona provoca que "el tapiz de la arandanera esté bastante rapado, por lo que tiene menos densidad y menos frutos", ha precisado Purroy. En este sentido, el ave perjudicada es el urogallo cantábrico, ya que es en esa especie de alfombra que hacen los arándanos en el borde de los bosques donde los urogallos sacan adelante a sus polladas, por lo que "si está recomida, es mala para esta especie", ha explicado el zoólogo.
En la montaña cantábrica, los frutos rojos y carnosos son un manjar para el ciervo y el corzo, que además se comen los arbolitos pequeños y afectan a las cortezas de las especies vegetales con sus cornamentas, hasta el punto de que "lo que no hay, es una regeneración natural sino un cambio de la serie forestal que no es interesante".
En cambio, los ejemplares vegetales que permanecen son los viejos y talludos, "pero no arbolitos juveniles que los reemplacen", ha matizado el experto en fauna. Además, al ciervo y al corzo se suma la alta presencia de jabalíes en la Cordillera Cantábrica, considerados también por los expertos como especie-plaga: "son difíciles de controlar porque tienen el potencial reproductivo de un roedor", ha dicho Francisco Purroy. No obstante, el zoólogo ha recordado que "el ciervo equivale en consumo a una vaca" y, por ello, ha sostenido que es este ungulado el que provoca el mayor impacto en la comunidad vegetal; "es el más destructivo, en definitiva", ha sentenciado.
FUENTE: AGENCIA EFE