É que nin se me pasa pola cabeza», se queja Soledad Soneira, la madre de Paula Noya, una niña de 12 años de Morquintián, en el municipio coruñés de Muxía, para quien el cambio del colegio al instituto ha supuesto que el autobús que la recogía al lado de casa ahora para en un cruce a 870 metros de distancia, por una pista sin arcén ni alumbrado público que atraviesa terrenos casi íntegramente forestales. >>> VER LA NOTICIA COMPLETA >>>