24/3/16

No es por los lobos, es por la caza

La presencia de una una jabalina con cinco crías es un solar del casco urbano de Monforte es un hecho muy poco común que ha llamado la atención de los especialistas. El biólogo Pedro Alonso considera que este singular fenómeno, al igual que otras incursiones de jabalíes que se registran desde hace tiempo en el perímetro norte de la ciudad, no se debe a que los animales huyan de los lobos o a alguna otra causa natural, sino al exceso de presión cinegética.

«Desde que se deixaron de conceder indemnizacións polos danos que causan houbo un incremento brutal das batidas -explica- e ademais a nova lei de caza aprobada no 2013 permite cazar en zonas de monte onde antes non se podía e onde os xabaríns encontraban refuxio, e ante esa presión os animais métense agora nos entornos das aldeas e nas áreas periurbanas». La dificultad de encontrar alimento en esos terrenos -añade- los lleva a buscar comida en las huertas o los sembrados de maíz. Estos casos, a su parecer, son la prueba de que «a mala xestión dun problema xera máis problemas».

En opinión de Alonso, el animal debe de llevar algún tiempo frecuentando la zona y si la eligió para criar a sus jabatos es porque la encuentra tranquila y segura. El biólogo considera por otro lado que la presencia de la jabalina no supone un peligro serio a no ser que se sienta amenazada. «Os xabaríns só se mostran agresivos cando están feridos ou cando se ven acosados por varias persoas», apunta. Alonso calcula que si se les permite seguir refugiándose en el solar, los animales se marcharán en el plazo de un mes o un mes y medio. Mientras tanto aconseja no darles de comer, porque entonces se podrían quedar más tiempo.

El curioso episodio, agrega, debe dar a pie a una reflexión sobre la gestión del medio natural. «Para que un animal fuxa do seu hábitat e se refuxie nun sitio que é precisamente a antítese dese entorno natural. algo ten que estar funcionando mal», concluye

El Ayuntamiento plantea a Medio Ambiente que se retire a los animales de la zona


Responsables del servicio de medio ambiente del Ayuntamiento de Monforte se pusieron en contacto con la Consellería de Medio Ambiente y con el coto de caza de Monforte para proponerles la retirada de los animales de esa zona y su traslado al monte o a algún albergue temporal para fauna silvestre. El técnico del mencionado servicio señaló asimismo que preparará un informe sobre el caso para presentarlo a la consellería y que también se requerirá a los propietarios de las fincas donde está asentada la jabalina con sus crías para que las acondicionen de acuerdo con las normas municipales sobre limpieza de solares.

El año pasado se produjeron en zonas próximas diversas casos de daños causados por incursiones de jabalíes en huertas domésticas, lo que provocó las quejas de los vecinos. Estos problemas afectaron también a los terrenos del club de golf Río Cabe y del club Fluvial.

Nacieron hace solo una semana

La jabalina que cría una camada de cinco rayones entre las huertas y patios traseros de una calle del barrio monfortino de O Morín es probablemente una hembra joven, dado su aspecto y desarrollo. Por su tamaño, las crías debieron haber nacido hace solo una semana. La hembra continúa criando a los pequeños en una maraña de patios traseros, algunos con huertas y algunos árboles, pero la mayoría simples solares sin edificar.

La hembra y su camada se mueven habitualmente en un espacio de no más de cincuenta metros cuadrados, aunque si quisiesen podrían andar libremente de un patio a otro, porque la mayoría están delimitados por cierres rudimentarios que no les impiden pasar. Los vecinos no parecen molestos con su presencia. Simplemente, evitan entrar en los dos o tres patios en los que se encuentran los animales. La hembra pasa la mayor parte del tiempo tumbada a la sombra de un arbusto dando de mamar a las crías. Apenas parece molesta con la presencia de los vecinos que la observan desde las casas cercanas y solo se muestra agresiva si alguien pretende acercarse mucho.

Los patios en los que están la hembra y su camada se encuentran completamente rodeados de casas, dentro del triángulo que forman las calles Noriega Varela y Pardo Bazán y la travesía de O Morín. Todo apunta a que llegaron a ese lugar siguiendo el cauce del arroyo de Rioseco.