3/2/16

El Seprona halla trampas con animales atrapados en montes de Doso y Bazón

Agentes de la Guardia Civil adscritos a la unidad del Seprona de Ortigueira inspeccionaron ayer una zona de monte en el municipio de Narón, entre las parroquias de Doso y Pedroso, descubriendo siete lazos-trampa y un total de cuatro animales muertos. En concreto, se trataba de un zorro y tres jabalíes, uno de los cuales estaba en un avanzado estado de descomposición pero todavía tenía una pata atrapada en la trampa.

Los hechos fueron descubiertos por un cazador que estaba entrenando a su perro y se encontró con un jabalí muerto en un monte del lugar de Bazón, en Pedroso. Por el estado que presentaba, se cree que la muerte se pudo producir hace una semana y en la zona del cuello tenía la marca del lazo metálico, que alguien había cortado con una cizalla.

La sociedade Caza e Pesca Xuvia alertó de inmediato al Seprona y dos agentes del cuartel de Ortigueira se desplazaron al lugar para hacer una inspección. Se revisó, asimismo, una zona de monte en el lugar de A Cabrita, en Doso, y se encontraron otros dos jabalíes y un zorro en un estado avanzado de descomposición.

En total se recogieron siete lazos-trampa y los guardias elaboraron el correspondiente informe, además de entrevistarse con el dueño de un de los montes en los que aparecieron las trampas, cuya vivienda está en las proximidades del hallazgo. En la misma zona se encontró, asimismo, una trampa para pájaros.

Mueren de hambre y sed

Según Eloi Saavedra, presidente de Caza e Pesca do Xuvia, cuando un animal queda atrapado por una pata puede tardar una semana en morirse de hambre y sed, y la zona en la que se encuentran queda totalmente arrasada a causa de los esfuerzos para soltarse. Los lazos-trampa suelen estar hechos con cables del acelerador de las motos o de los embragues de los coches.

Además de estar prohibido legalmente, la colocación de estas trampas representa un peligro para el resto de los animales, así como para los propios humanos, que pueden sufrir cortes si quedan enganchados. De hecho, los cazadores habían estado la semana por la zona y, según Eloi Saavedra, no sufrieron un percance con los lazos por casualidad.

Las trampas ilegales están recogidas en la propia Ley de Caza como uno de los procedimientos no autorizados, como sería la colocación de lazos y cepos o la utilización de venenos. Las sanciones establecidas para infracciones de este tipo superan los 2.000 euros.

Paralelamente, los responsables de la utilización de métodos de este tipo podrían ser acusados de un delito de maltrato animal, porque se trata de un procedimiento cruento en el que las víctimas tienen una muerte atroz y prolongada en el tiempo.

FUENTE: LA VOZ DE GALICIA