La Fundación Grefa —Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat— trabaja en un proyecto para la conservación del águila real en Galicia que tendrá repercusiones directas en la provincia de León.
Así lo asegura su director, Ernesto Álvarez, quien señala que son las zonas cercanas a la comunidad gallega, como La Cabrera o el Teleno, en donde residen las escasas parejas que vuelan sobre la provincia.
Álvarez recuerda el caso concreto de Eufemia, una hembra de águila real avistada en la zona del Alto Sil, y que tiene una larga historia a sus espaldas. En el año 2008 fue liberada y se estableció en la zona de Monterrubio de la Sierra junto a Lobios, un macho liberado un año atrás. A los seis meses de su marcha, los localizadores con los que la joven águila estaba marcada descubrieron que había sido tiroteada en Salamanca. Tras una dificultosa recuperación pasó cuatro años de vuelos entre el parque de El Xurés y Portugal, desde donde viajó por diferentes puntos de la Península. En su último regreso a casa decidió quedarse definitivamente en el Alto Sil, donde actualmente reside.
El ejemplo de Eufemia es tan sólo una más de las diferentes acciones llevadas a cabo por el Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Entorno (Grefa), que se engloba en la conservación del águila real dentro de Galicia con especial repercusión en León.
La campaña está principalmente financiada por Red Eléctrica a pesar de que el mayor enemigo de este ave son los tendidos de media y baja tensión que se están comenzando a rectificar para evitar la muerte del águila.
La tarea de reintroducción y conservación del águila real «se encuentra en una fase ideal especialmente en la zona centro donde se prevé un buen fututo a 15 o 20 años», a pesar de que se haya producido el fallecimiento de algún ejemplar por la causa ya citada.
Grefa es una organización cuyo principal objetivo «no es mantener un equilibrio entre las aves, sino evitar que desaparezcan» las diferentes especies de aves mediante el «trabajo en el hábitat, la reintroducción o el reportamiento» de las mismas.
La financiación con la que cuenta, proviene tanto de organizaciones privadas, como la Organización Pinilla y la Fundación Santander, y de instituciones públicas, como la Junta de Castilla y León o la Xunta de Galicia, dependiendo de qué acción se trate. Según sErnesto Álvarez, «la política de Grefa es completamente transparente porque algo que no se comunica, no se conoce y es oscuro».
Grefa posee acuerdos con diferentes sectores como el agrícola, ganadero o cinegético. Respecto a este último, está presente en la Plataforma Fundación Antídoto, cuya principal misión es evitar el envenenamiento directo llevado a cabo para la caza de algunos animales como el lobo que llevará a ciertas especies a la desaparición. También ha firmado una serie de políticas de conservación de especies conlas que los cazadores están concienciados. La organización pretende «acercar a la población joven que siendo buenos profesionales no han encontrado su sitio». Por ello, el voluntariado es importante y su participación es fundamental, siempre y cuando se realice dentro de ciertas pautas y bajo diferentes niveles de especialización, según la complejidad requerida por el ave a tratar.
Así lo asegura su director, Ernesto Álvarez, quien señala que son las zonas cercanas a la comunidad gallega, como La Cabrera o el Teleno, en donde residen las escasas parejas que vuelan sobre la provincia.
Álvarez recuerda el caso concreto de Eufemia, una hembra de águila real avistada en la zona del Alto Sil, y que tiene una larga historia a sus espaldas. En el año 2008 fue liberada y se estableció en la zona de Monterrubio de la Sierra junto a Lobios, un macho liberado un año atrás. A los seis meses de su marcha, los localizadores con los que la joven águila estaba marcada descubrieron que había sido tiroteada en Salamanca. Tras una dificultosa recuperación pasó cuatro años de vuelos entre el parque de El Xurés y Portugal, desde donde viajó por diferentes puntos de la Península. En su último regreso a casa decidió quedarse definitivamente en el Alto Sil, donde actualmente reside.
El ejemplo de Eufemia es tan sólo una más de las diferentes acciones llevadas a cabo por el Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Entorno (Grefa), que se engloba en la conservación del águila real dentro de Galicia con especial repercusión en León.
La campaña está principalmente financiada por Red Eléctrica a pesar de que el mayor enemigo de este ave son los tendidos de media y baja tensión que se están comenzando a rectificar para evitar la muerte del águila.
La tarea de reintroducción y conservación del águila real «se encuentra en una fase ideal especialmente en la zona centro donde se prevé un buen fututo a 15 o 20 años», a pesar de que se haya producido el fallecimiento de algún ejemplar por la causa ya citada.
Grefa es una organización cuyo principal objetivo «no es mantener un equilibrio entre las aves, sino evitar que desaparezcan» las diferentes especies de aves mediante el «trabajo en el hábitat, la reintroducción o el reportamiento» de las mismas.
La financiación con la que cuenta, proviene tanto de organizaciones privadas, como la Organización Pinilla y la Fundación Santander, y de instituciones públicas, como la Junta de Castilla y León o la Xunta de Galicia, dependiendo de qué acción se trate. Según sErnesto Álvarez, «la política de Grefa es completamente transparente porque algo que no se comunica, no se conoce y es oscuro».
Grefa posee acuerdos con diferentes sectores como el agrícola, ganadero o cinegético. Respecto a este último, está presente en la Plataforma Fundación Antídoto, cuya principal misión es evitar el envenenamiento directo llevado a cabo para la caza de algunos animales como el lobo que llevará a ciertas especies a la desaparición. También ha firmado una serie de políticas de conservación de especies conlas que los cazadores están concienciados. La organización pretende «acercar a la población joven que siendo buenos profesionales no han encontrado su sitio». Por ello, el voluntariado es importante y su participación es fundamental, siempre y cuando se realice dentro de ciertas pautas y bajo diferentes niveles de especialización, según la complejidad requerida por el ave a tratar.
FUENTE: LA VOZ DE GALICIA
