13/11/13

Redondela estudia pedir a la Xunta que se prohíba cazar en el monte Penide

La asociación cultural Alén Nós ha solicitado en el Ayuntamiento que se prohíba la caza en el monte Penide, situado entre las parroquias de San Andrés de Cedeira y San Vicente de Trasmañó.

En la zona se permite libremente la caza menor a toda persona que tenga licencia. Para realizar actividades de caza mayor y llevar a cabo batidas de jabalíes hay que solicita un permiso específico.


Antiguamente existía una sociedad de cazadores llamada Monte Mirallo y se disolvió. Hoy día hay aficionados que acuden por su cuenta o en pequeños grupos para desarrollar su pasión cinegética los jueves y los domingos, días en los que está permitida la actividad. Aunque los conejos son la spiezas más comunes, en el bosque viven zorros, jabalíes e incluso algún corzo.

El portavoz de la entidad cultural, Andrés Laxe, ha indicado que «tras os últimos accidentes que tiveron lugar en diferentes lugares de Galicia, co resultado do pasamento de varias consideramos que é perigoso que se poda cazar alí».

El primer informe emitido por los técnicos municipales de Redondela se muestra a favor de la prohibición. Ahora la alcaldía ha encargado otro dictamen a la secretaria municipal.

El teniente de alcalde y concejal delegado de Medio Ambiente, Miguel Ángel Álvarez, está personalmente a favor de la prohibición. Álvarez señala que en la zona de A Madroa, perteneciente a Vigo ya se prohibió hace tiempo la caza por la gran cantidad de personas que viven y pasean por allí. «Al monte Penide cada vez va más gente, a buscar setas, a pasear, a ver los petroglifos. Yo personalmente acudo muchas veces y suelo acercarme a una fuente que está cerca de la mámoa do Rei que tiene un agua muy buena», señala Álvarez.

Recientemente, los monumentos funerarios de la época del neolítico que coronan el monte han sido señalizados y puestos en valor por lo que ha aumentado la afluencia de personas que acuden para ver tanto los petroglifos como las mámoas donde están enterrados los primitivos habitantes.

FUENTE: LA VOZ DE GALICIA