21/10/13

Temores confirmados

«Fue como nos temíamos», es la frase más repetida entre los cazadores pontevedreses. Y es que los peores pronósticos se cumplieron. La temporada de caza menor 2013 comenzó ayer con pocas capturas y malas sensaciones, en general, para los amantes de la actividad cinegética. Los brotes de mixomatosis y de la neumonía hemorrágico-vírica que hubo en los últimos meses en la provincia de Pontevedra han mermado las poblaciones de conejo, especie reina, provocando que su presencia se haya visto tremendamente reducida.


«Se levantaron dos piezas donde el año pasado se levantaban diez», señalaba con pesar Lucho, presidente del tecor de Barro, donde ayer estrenó el curso.

La jornada fue casi perfecta para la práctica cinegética, «sólo faltó la caza», bromea Manuel Martínez, presidente del tecor de Portas. En los lugares en los que llovió durante la noche y cesó por la mañana, los animales salieron a comer. Además, la temperatura fue buena, en general.

En las zonas de montaña, sin embargo, la niebla volvió a condicionar la jornada. Francisco Couselo, presidente de la Federación Galega de Caza en Pontevedra, estrenó la temporada en el tecor de San Bartolomé de Xesta, en A Lama. Allí, en plena Serra do Suido, no pudieron desenfundar la escopeta hasta casi las 10.30 horas. Además, sobre las 16.00 horas empezó a llover y volvió la niebla, con lo que prácticamente hubo que adelantar el regreso a casa.

También en A Lama cazó Román Reguera, que solo se hizo con un conejo. «El día fue bastante flojo, dentro de lo esperado. Tuvimos cuatro levantes, pero la niebla complicó la jornada, porque tuvimos que recoger en varias ocasiones», comentó.

Pesimismo

«El día fue como esperábamos. Conseguimos tres capturas y levantamos seis o siete piezas, pero esto sería lo normal dentro de un mes y no en el primer día», comenta Manuel Martínez, de Portas.

La parte positiva es que se vieron muchos zorros y alguna paloma torcaz, aunque estas últimas todavía están un poco bravas.

En la zona de Moaña las sensaciones no fueron mejores. Álvaro Giráldez comenta que en su grupo de cuatro cazadores solo consiguieron dos capturas por la mañana «porque los pocos conejos que hay los tienes controlados, pero no hay caza. Es el sentir general, porque los compañeros con los que hablé cazaron más o menos lo mismo».

Las malas sensaciones de Pontevedra se pueden extender también al resto de Galicia. La caza menor no atraviesa su mejor momento, al contrario que la mayor, que está en pleno crecimiento.

FUENTE: DIARIO DE PONTEVEDRA