27/10/13

´El corzo, el jabalí y la caza son los mayores problemas´

Comenzó con una plantación de 20 hectáreas, en Doade, en la que intercaló pinos micorrizados entre castaños. Poco a poco, Antonio Varela y su familia han ido incrementando las plantaciones hasta llegar a las 28 hectáreas. La finca, en total, llega a las 40.


-¿Por qué se decantó por la micorrización de pinos para favorecer la producción de setas?
-Por mi hijo, Marco [chef del restaurante Dona Branca, del Palacio de Sober]. Comenzamos, asesorados por Hifas da Terra, intercalando pinos micorrizados entre los castaños, y con el tiempo también plantamos castaños híbridos, para producir níscalos y shiitake.

-¿Cómo ha sido la cosecha de este año?
-La de la castaña, muy mal debido a la sequía. Las lluvias de las últimas semanas no han ayudado para nada. En cuanto a las setas, hemos regalado ya unas cuantas a amigos y conocidos. Pero de cara a una producción mayor, ya estamos pensando en mecanizarnos, porque existen máquinas para recolectarlas.

-Para quien todavía piense que los productos silvestres no exigen esfuerzo, cuéntenos qué mantenimiento precisa sus castaños y pinos.

-Los cinco primeros años, un árbol necesita un gran mantenimiento, y mucha atención. Así, las podas deben realizarse en su momento correcto, de modo que las del pino han de hacerse en agosto y septiembre, mientras que las de los castaños son convenientes cuando empieza a brotar la hoja. Es más, para los castaños se usa un cicatrizante especial para favorecer el cierre del corte. Y, si el año resulta demasiado seco, hay que regar los árboles. Por no hablar de la limpieza de malas hierbas y maleza para evitar los incendios.

-La sequía también ha reducido, y mucho, la producción de bellotas, así que seguro que al jabalí le tientan sus sotos.

-Para evitar sus destrozos, tenemos un cierre eléctrico. En la plantación de 3 años, colocamos una malla metálica de 1,20 metros de alto, con 3 hilos que trabajan las 24 horas del día. El jabalí no es el único problema que afecta a este tipo de cultivos. El corzo, cuando los árboles son pequeños, roen su cabeza, de modo que no podemos replantar porque habría una diferencia de tamaño y los árboles más pequeños no crecerían, al estar tapados por la sombra de los demás. Cuando los árboles son grandes, el corzo destroza su cáscara al restregarse contra el tronco. La caza es otro de los enemigos de estas plantaciones. Los perdigones, durante las batidas de animales, se clavan en los árboles.

FUENTE: EL FARO DE VIGO