El maíz coge su mejor estado vegetativo para el jabalí cuando se pone a espigar. El animal ataca. El último ejemplo, en Moalde. Lo hizo en dos noches consecutivas, la del lunes y la del martes. Entró en una parcela de unos cinco ferrados (el ferrado mide algo más de medio millar de metros, según la zona) y destrozo prácticamente la mitad del cultivo de maíz y una zona de patatas, en el lugar de Lis. «É traballar para quecer», dice Engracia, de Casa de Grela, a donde pertenece la parcela. Descubrieron ayer por la mañana el destrozo y con el disgusto «pasáronme as ganas de comer». Dice que «foi moito desastre. Empeza a espigar, a espiga xa é grande xa lles vale para comer».
«Nin merece a pena», dice Engracia preguntada sobre posibles denuncias. Si ve más fiable ir a vigilar lo que dejaron y otras fincas: «haberá que ir esta noite porque volven».
Impacto económico
El impacto económico es grande, pueden ser unos dos autocargadores. Engracia no lo cuantifica económicamente pero pone un ejemplo clarificador. Las pérdidas pueden supone comida para cerca de dos meses para las vacas de la explotación.
Todo lo perdido en maíz se traduce en la propia perdida del producto y del trabajo, por una parte, y en el gasto que implica suplirlo: «haberá que gastar en pienso», dice la ganadera que estima que en septiembre el producto estaría listo para recolectar. También deja mensaje respecto a las batidas: «se as van facer a finais de setembro xa estará o desastre feito».
FUENTE: LA VOZ DE GALICIA
