1/4/13

25 federaciones en quiebra técnica

Como médicos antes de emitir los correspondientes diagnóstico, pronóstico y tratamiento, los técnicos e inspectores del Consejo Superior de Deportes (CSD) han estado semanas realizando radiografías y escáneres en forma de informes y auditorías del entramado económico público del deporte español, y lo que han encontrado, sobre todo entre los clubes de fútbol y las 63 federaciones existentes, les ha puesto, en expresión gráfica de un conocedor de las cuentas, los pelos de punta.
Dejando de lado los clubes de fútbol, objeto de tratamiento especial, las federaciones presentan una imagen desoladora e insostenible a la luz de la crisis económica actual, la más grave por la que ha atravesado España en las últimas décadas e hija del desorden y descontrol del gasto de los tiempos de bonanza, amparados por la noción tan extendida de que el deporte es diferente, de que la realidad no les afecta, de que el rigor, el control o la austeridad no le son conceptos aplicables.

En las auditorías practicadas se ha descubierto que gran número de presidentes de federación tienes sueldos anuales de unos 60.000 euros, a nivel de un secretario de Estado, que algunos, como el de triatlón, incluso se lo han subido el mismo año que descienden los ingresos y las subvenciones, o que en algunas federaciones hay hasta cuatro personas que perciben anualmente más de 100.000 euros de sueldo. Y, al lado, inevitable, lo habitual: expediciones a competiciones con más directivos que deportistas, billetes de primera clase, comidas desbocadas, todos ellos gastos que se escapan de la obligación de ajustarse a las dietas marcadas por la ley.

Aunque aún no hay cifras concretas de la deuda federativa, los técnicos ya disponen de un avance: 25 de ellas están en lo que se podría llamar quiebra técnica.

A todas ellas, a las 63, que estaban acostumbradas a acumular déficit, sabedoras de que finalmente una subvención pública desde el CSD o un préstamo en condiciones especiales desde Cajas de Ahorros arreglaría sus problemas, las ha llamado a capítulo el CSD. A dos de ellas al menos, a ciclismo —una deuda tradicional de prácticamente 2,5 millones de euros, la mitad de su presupuesto, cinco millones— y a piragüismo, ha pasado a intervenirlas en la práctica: todos sus gastos deberán ser autorizados desde el CSD ya que han dejado de fiarse de sus buenas palabras y promesas de enmienda. “Eso nos han dicho a nosotros”, reconoce José Luis López Cerrón, presidente de la federación de ciclismo. “Que ya no se iban a fiar de nosotros y que cada dos meses teníamos que pasar por control. El anterior equipo nos dejó ya la deuda y ahora nos encontramos con que además nos sigue recortando el CSD la subvención, que si hace dos años era de 3,5 millones de euros, para 2013 se queda en 1,4 millones”.

Como las demás federaciones, ciclismo deberá presentar ante el CSD un plan de viabilidad, en el que no solamente se haga un planteamiento realista de intentar gastar lo mismo que se prevé ingresar —y planes a cuatro años partiendo de una premisa pesimista: que lo que se ingrese el primer ejercicio será como mucho lo mismo que se ingrese el último—, sino que también se les obligará a apartar un 10-15% anualmente para amortización de la deuda. Y a la federación que no cumpla, se le retira la subvención el siguiente ejercicio.

La doctrina del CSD es clara, como lo es la respuesta a las federaciones que justifican en el recorte de las subvenciones —un 34% de descenso entre 2012 y 2013, de 52 millones se ha bajado a 34 millones: la mitad, más o menos que en 2011— el descenso de su actividad deportiva. A pesar de los recortes, señalan en el CSD, hay margen para que el descenso del gasto no repercuta en la actividad deportiva de las federaciones. En los despachos del CSD se pone el símil de una persona gorda que pierda grasa superflua: el descenso de peso, impuesto porque tiene menos que comer, le resultará a la larga beneficioso para su salud, y añaden que se parte de tal burbuja, de tal hinchazón del gato, que en ningún momento estará en cuestión la actividad deportiva de las federaciones.

FUENTE: EL PAIS