15/10/12

Que cace quien pueda

Las elecciones del 21-0 plantearon un problema casi de estado porque los cazadores no iban a dejar de acudir al monte, después de un año de espera por ir a votar. Así, que la Xunta decidió adelantar el período hábil de caza y la temporada se abrió ayer, aunque el balance de la jornada confirmó los malos augurios de la jornada anterior. En los cotos de O Morrazo -hoy tecores (territorios cinegéticamente ordenados)-, sobre todo en Cangas, hay cada vez menos cazadores porque las piezas más comunes escasean, como es el caso del conejo abatido más por la mixomatosis que por las escopetas.

Nardo Faro Lagoa es concejal en Cangas pero después de esta dedicación o casi a la par, su gran pasión es la caza que ejerce desde hace más de 40 años, incluso fue presidente de la sociedad local entre 1972 y 1978. De hecho, tras la primera jornada de la temporada de caza de ayer en el monte de A Madalena, en Cangas, y de acabarla abatido por la falta de conejo, hoy pone rumbo a Toledo a donde con un grupo de amigos siempre acude a cazar, a un coto privado en el que hace solo unos días,su gerente le comunicó que un grupo de cinco cazadores consiguió un trofeo 600 conejos. Son ya palabras mayores: "Allí no entra la peste al conejo, no sé por qué, sin embargo aquí mata todo", aseguraba ayer con pena. El miércoles regresará a Cangas para acudir el jueves de nuevo a los montes de Cangas.

Faro Lagoa acudió ayer al Tecor (Territorio cinegéticamente ordenado) de Cangas con su hijo Bernardo y cinco perros "Solo levantamos dos conejos, pero ni los pudimos abatir, no estaban a tiro". Asegura que el monte está con vegetación muy alta y lo que quiere el conejo son grandes planicies para salir al sol. Precisamente la mañana no fue propicia a los cazadores porque a primera hora llovió bastante y una nieblina se apoderó de las cumbres.

En el tecor de Marín-Moaña, el más grande de O Morrazo con 4.300 hectáreas, su presidente Manuel Piñeiro sequejaba también de que había poco conejo. esta socieda vivió hace tres años un duro comienzo de la temporada de caza cuando el primer día murieron una docena de perros envenados que mordieron trozos de salchicha impregnados posiblmente con estricnina que estaban esparcidos por el monte y que ocasionaron la muerte rápida de los animales. De aquellas investigaciones nunca salió nada claro sobre la autoría de aquel acto que podría estar motivado a rencillas por temas de lindes.

Manuel Piñeiro reconocía ayer que afortunadamente no hubo envenenamientos. En el caso de este tecor, con 230 cazadores, sí salieron muchos al monte, aunque reconoce que desde que entró la mixomatosis hace tres años, el conejo va a menos, incluso mueren los qeu están en cautividad.

FUENTE: EL FARO DE VIGO