"Florece el maíz y llega el jabalí". Año tras año, los agricultores de Paderne se enfrentan indefensos a la misma batalla. La pasada semana le tocó el turno a José. Este vecino de Paderne fue a ver el estado la cosecha de una finca próxima a la ría y descubrió, desolado, que no quedaba nada. "Estaba totalmente arrasada", lamenta. No es la única parcela de su propiedad que ha sufrido los ataques nocturnos de estos animales salvajes.
Los jabalíes abrieron también grandes calvas en medio de otros dos de sus maizales. "Todos los años hace daño, pero no tanto como éste", lamenta José, que sospecha que el fuego que arrasó parte de las fragas del Eume pudo llevar a estos animales a huir y buscar alimento por la comarca betanceira.
"Primero vienen los mayores y tumban la planta, después traen a los pequeños para que coman", explica este agricultor, acostumbrado ya a unos ataques que merman año a año sus expectativas económicas.
El ataque del jabalí se ha convertido en un mal endémico de la zona y uno de los principales caballos de batalle de los agricultores de Paderne, que demandan desde hace año una solución. El Concello se ha sumado a su demanda y ya hace años solicitó ante la Dirección Xeral de Medio Ambiente que ofreciese alternativas para paliar los daños y colaborase en la financiación de pastores eléctricos que ahuyentasen las piaras de jabalíes.
FUENTE: LA OPINION DE A CORUÑA
