9/12/11

Unións exige el plan piloto comprometido ante la proliferación de daños del jabalí

El jabalí ha encontrado en las tierras de labor dezanas su comedor social particular. Entra, se sirve y se va sin que el dueño de la finca reciba nada a cambio. "¿Compensaciones? No me haga reír... Estoy harto de poner denuncias que no van a ningún lado", comenta, entre indignado y resignado, un ganadero lalinense a quien en días pasados tocó pagar la comida de una familia de cerdos salvajes. Las incursiones continúan en aumento y las alarmas se disparan entre quienes viven de lo que obtienen del campo.

Así las cosas, Unións Agrarias (UU AA) exige "que no se demore más" la implantación del plan piloto acordado para la comarca en septiembre, durante una reunión con los jefes provinciales de Caza y de Conservación da Natureza. Aboga por adoptar medidas similares a las que hay en otros países, como la alimentación disuasoria de los jabalíes y las esperas autorizadas en las fincas afectadas, al menos en las épocas críticas de las siembras.
Técnicos de la organización profesional agraria llevan a cabo inspecciones, visitas y valoraciones de los daños cometidos por el cerdo salvaje en las praderías de Deza y Tabeirós-Montes, que llegan después de los destrozos ocasionados durante los meses anteriores en distintos cultivos, especialmente de maíz. De hecho, los actuales destrozos en las siembras de hierba "ya se habían predecido" por parte del sindicato, vista la "tendencia de meses atrás" y la ausencia de soluciones. En la última semana hay constancia de ataques a explotaciones de Moimenta (Lalín), Ponte (Silleda) y Oirós (Vila de Cruces).
La mayoría de las praderías dañadas ya han sido resembradas, con el consiguiente temor a que el animal vuelva a destrozarlas. La superficie media afectada por explotación se sitúa en torno a las dos hectáreas, aunque en algún caso las duplica. El resultado de la valoración de UU AA muestra pérdidas de unos 1.500 euros por hectárea, es decir alrededor de 3.000 euros por explotación.
Los datos obtenidos por el sindicato son resultado de valorar todas las operaciones y labores necesarias para hacer la siembra y resiembra de la hierba. Dichas operaciones son el abonado –sea con purín o con mineral–, el pase de la grada y del pisón y la siembra, así como el propio coste de la semilla y de la mano de obra y la maquinaria empleada. Y "tanto o más importante es la valoración del del producto perdido en cantidad y calidad, pues los silos perderán calidad por la mezcla de hierba con la tierra levantada por el jabalí", proclaman desde Unións, máxime cuando las condiciones meteorológicas no favorecen la resiembra.
Granjas en quiebra
La organización estima en un 40% la reducción final del pasto por culpa de los ataques del jabalí. Tal situación acarreará "graves consecuencias" para un sector agroganadero con muchas granjas "al borde de la quiebra", debido a la necesidad de recurrir al pienso para la alimentación del ganado en un año con "encarecimiento récord" por la subida de los costes de producción. Los ganaderos deberán hacer frente a un gasto extra de unos 1.200 euros mensuales destinado a la sustitución de forraje por piensos.
Por último, Unións recuerda que ya son numerosas las comarcas gallegas en las que se renuncia a cultivar cereal, por el elevado riesgo de perder la cosecha a consecuencia de los daños de la fauna salvaje. La problemática se agudiza con los daños sobre los prados y puede desembocar en el abandono de fincas, con el consabido aumento del riesgo de incendio, y del rural mismo, pues "el jabalí sigue paseándose y alimentándose de forma totalmente gratuita y sin ningún impedimento".


FUENTE: EL FARO DE VIGO