La revista científica francesa Quaternaire publicó recientemente un trabajo en inglés que resume las investigaciones realizadas en los últimos años por científicos del instituto geológico universitario Isidro Parga Pondal sobre las antiguas poblaciones de oso cavernario y oso pardo de las montañas orientales gallegas. El estudio, titulado On the relation between cave and brown bear in O Courel Sierra, se basa principalmente en fósiles hallados en diferentes puntos de la montaña lucense.
Los autores del trabajo encuadran estos fósiles en cuatro etapas climáticas identificadas en los últimos 40.000 años en la zona. En una fase más antigua, de 35.000 años hacia atrás, ambas especies están presentes en la sierra de O Courel, aunque las dataciones con carbono 14 no permiten determinar si llegaron a vivir simultáneamente en el mismo territorio. Los investigadores consideran que es posible que las dos especies hayan coexistido en una misma época, repartiéndose el territorio según sus respectivas necesidades. A este respecto señalan que el exinto oso cavernario -de dieta exclusivamente vegetariana- vivía en cuevas situadas a menor altura, en zonas orientadas al sur y de orografía menos complicada. El oso pardo -que no depende tanto de la abundancia de vegetación gracias a su dieta omnívora- ocupaba las grutas más altas y orientadas al norte, incluso en el límite de los glaciares que existían en las zonas altas.
Avance de los glaciares
En una fase más avanzada de la última glaciación, hace entre 35.000 y 27.000 años, el clima se recrudece y los glaciares de la sierra experimentan un importante avance, lo que modifica las condiciones ambientales que rodean a los plantígrados. En esta etapa, el oso pardo sigue presente durante un tiempo en la sierra de O Courel, mientras que el oso cavernario abandona este territorio y se refugia en zonas más bajas, como Cova Eirós y Rebolal.
Una tercera etapa climática abarca desde hace 27.000 años hasta el final de la glaciación, hace unos 12.000 años. La primera parte de esta fase corresponde con un período de frío extremo en el que el oso pardo también desaparece de O Courel. El oso cavernario sobrevive en zonas situadas más al sur, en la sierra ourensana de A Lastra.
Los autores del trabajo encuadran estos fósiles en cuatro etapas climáticas identificadas en los últimos 40.000 años en la zona. En una fase más antigua, de 35.000 años hacia atrás, ambas especies están presentes en la sierra de O Courel, aunque las dataciones con carbono 14 no permiten determinar si llegaron a vivir simultáneamente en el mismo territorio. Los investigadores consideran que es posible que las dos especies hayan coexistido en una misma época, repartiéndose el territorio según sus respectivas necesidades. A este respecto señalan que el exinto oso cavernario -de dieta exclusivamente vegetariana- vivía en cuevas situadas a menor altura, en zonas orientadas al sur y de orografía menos complicada. El oso pardo -que no depende tanto de la abundancia de vegetación gracias a su dieta omnívora- ocupaba las grutas más altas y orientadas al norte, incluso en el límite de los glaciares que existían en las zonas altas.
Avance de los glaciares
En una fase más avanzada de la última glaciación, hace entre 35.000 y 27.000 años, el clima se recrudece y los glaciares de la sierra experimentan un importante avance, lo que modifica las condiciones ambientales que rodean a los plantígrados. En esta etapa, el oso pardo sigue presente durante un tiempo en la sierra de O Courel, mientras que el oso cavernario abandona este territorio y se refugia en zonas más bajas, como Cova Eirós y Rebolal.
Una tercera etapa climática abarca desde hace 27.000 años hasta el final de la glaciación, hace unos 12.000 años. La primera parte de esta fase corresponde con un período de frío extremo en el que el oso pardo también desaparece de O Courel. El oso cavernario sobrevive en zonas situadas más al sur, en la sierra ourensana de A Lastra.
FUENTE: LA VOZ DE GALICIA
