No es que haya muchos, los jabalíes simplemente se concentran en puntos concretos en los que causan serios destrozos en los cultivos y alarman a los ganaderos afectados. Al menos eso es lo que creen algunas de las personas que más saben del tema, como los agentes medioambientales que trabajan en la zona de la Costa da Morte y los presidentes de varias sociedades de cazadores.
En la comarca de Bergantiños, Ponteceso -donde se acaban de autorizar esperas nocturnas- es el Concello con más ejemplos. Sobre todo en las agras de Anllóns y el monte situado a la entrada de Corme Aldea tienen una presencia significativa de estos animales. Ocurre lo mismo en la Alta de Rus de Carballo y, sin embargo, en Malpica, un municipio intermedio, apenas se registran ataques a los cultivos.
Uno de los guardas forestales con más experiencia en la comarca descarta que esto tenga nada que ver con la cantidad de maíz plantado en cada sitio: «Eles [los jabalíes], sobre todo na época de cría, establécense onde atopan comida e refuxio. Pero iso fano as nais, que son as que se ocupan de cuidar dos leitóns. Os machos adultos, especialmente os máis vellos, unha vez que acaban a monta andan sós e nunha misma noite poden causar estragos en dous puntos separados por máis dun kilómetro». Sin embargo, no son estos si no las piaras con varios miembros, las más peligrosas para los cultivos. «Unha femia con seis ou sete crías, que neste tempo xa andan nos 30 kilos, fan moito mal en moi pouco tempo», explica el experto, que centra el riesgo sobre todo en el mes de septiembre cuando el forrajea está para recolectar y ya no hay posibilidad de realizar una nueva siembra.
Solo grano
En esta época del año el peligro ha pasado, porque los cerdos salvajes solo se comen los granos de los surcos, una vez que la planta tiene hojas ya no les interesa. Prefieren entretenerse buscando lombrices, su golosina preferida, en las praderas donde suele aparecer el campo levantado de manera muy localizada. Gracias a su olfato hiperdesarrollado, el mismo que utilizan para localizar las semillas o las trufas, consiguen determinar los puntos concretos en los que están en las larvas y horadan el terreno para comerlas. También se entretienen con los campos de patatas, que en la mayoría de los casos, pese a que ahora ya está formado el tubérculo, ni siquiera llegan a comerse, sino que simplemente las desentierran.
Este año, sobre todo en el tema del maíz, le están haciendo competencia los cuervos y otros pájaros porque la falta de lluvias y el viento del norte que lleva semanas soplando mantiene la tierra excesivamente esponjosa e impide la compactación necesaria para proteger la planta.
Sin embargo, en cuanto llegue septiembre y la época del ensilado volverán a surgir los problemas y las quejas de los productores. Sobre todo porque el proceso de valoración de daños y la disponibilidad de la Xunta para compensar a los afectados siempre resulta deficitaria. Para solucionarlos, algunos cazadores proponen, a parte de las esperas nocturnas batidas sin muerte que espanten a los animales y los obliguen a cambiar de zona. Los agentes medioambientales, en cambio, aseguran que hay otras muchas opciones: «Un pastor eléctrico colocado a 30-40 centímetros dá moi bo resultado porque os cochos, e o xabarín ao fin e o cabo é un cocho, son os animais máis listos dos que temos entre nós. Coñecen a xente da casa, estrésanse e demais. Por iso cando tocan unha vez na corrente xa non volven a ese sitio», explica el agente.
Además, en los últimos años ha empezado a proliferar la venta de un tipo de sales olorosas, que antes solo se vendían a través de Internet con precios elevados, que dan un gran resultado como repelente y no le causan ningún tipo de daño ni a los animales ni al ecosistema en el que viven.
FUENTE: LA VOZ DE GALICIA
