Según explica, numerosas camadas vienen cada noche a sus fincas y ocasionan importantes destrozos. Los más notables de los últimos días se registraron en parcelas situadas en el entorno de los lugares de Chaín y Subión. Se trata de fincas próximas a los núcleos poblacionales ya que la ganadera no se atreve a sembrar maíz ni hierba para ensilar en las parcelas que tiene cerca del monte.
Tras denunciar los destrozos a través del número 902 112000 de la Xunta, ayer esperaba la visita de los agentes para que levantasen acta de los daños al objeto de formular denuncia y tramitar la correspondiente solicitud de indemnización. Sin embargo, apunta que esta no es la solución.
Propietaria de 40 vacas, Ana María Iglesias se teme no tener con qué alimentar a sus 40 reses dado el vertiginoso ritmo de ataques del jabalí que están sufriendo sus cultivos y prados.
El pasado mes de octubre ya vio cómo camadas de jabalíes muy numerosas se cebaban con sus cultivos hasta arruinarle la cosecha de maíz. Entonces, denunció unos daños que por ahora todavía no ha cobrado.
Además, la voracidad de los jabalíes que habitan la zona le ha obligado a agudizar el ingenio para proteger el maíz que tiene ensilado. Así, de noche se ve obligada a proteger los silos con un pastor eléctrico.
Admite que en los cultivos de esta zona siempre se registraron pequeños daños pero destaca que estos se dispararon cuando, hace un par de años, se vedó este ámbito así como montes del vecino municipio de Cuntis. Ahora, señala que los desperfectos se ven incrementados cada noche. ""Llevan dos meses viniendo todas las noches", asegura. Ve insuficiente la batida que, ante las quejas de los vecinos afectados, realizó hace aproximadamente un mes la Sociedade Deportiva Río Ulla. Se cobraron un par de piezas pero, explicó, "al día siguiente" se registraron nuevos daños.
Tiene claro que se debe a un exceso de población. Por eso, pide que las administraciones competetentes tome medidas al respecto. Ignora si esta solución podría ser realizar más batidas. Lo que tiene claro es que en los dos años de veda los jabalíes se han reproducido de tal modo que ahora existe una superpoblación. Por eso, no quiere ni pensar en los dos años que aún quedan de veda. Teme que su explotación no los pueda aguantar.
