10/2/11

Botiquín de urgencias para cazadores




Material necesario y conocimientos mínimos para situaciones de riesgo

En ocasiones imprevistas pueden surgir situaciones de riesgo para nuestros perros que en el caso de contar con ciertos conocimientos y material pueden ser solucionadas o al menos paliadas hasta que un veterinario pueda hacerse cargo del perro. No es necesario llevar encima gran cantidad de medicamentos, todo lo contrario, pero en situaciones límite pueden salvar la vida de los canes.
El objetivo del artículo es intentar enseñaros cual es el material necesario y algunos de los conocimientos mínimos para hacer frente a una gran parte de las situaciones de riesgo que os podéis encontrar en el campo y en las que es necesario una pronta respuesta y el veterinario no se halla cercano. Está claro que no todas las urgencias reales que os podéis encontrar van a estar señaladas aquí, no se busca hacer un tratado de emergencias veterinarias, sino unos pocos apuntes que pueden ser de ayuda en una buena parte de las posibles urgencias. Tampoco he incluido urgencias ante las que poco podéis hacer bien por la necesidad de un tratamiento muy específico que debe ser realizado inevitablemente por un veterinario o por su rareza. Si optáis por haceros vuestro propio botiquín de urgencias puede ser útil imprimir estas páginas e incluirlas en él por si os asalta alguna duda y ésta pudiese estar resuelta aquí. 

Habrá algunos cazadores, posiblemente rehaleros de jabalí, a los que el botiquín les parezca corto y falto de fármacos y medicamentos. He visto cuadrillas de jabalí que portaban todo tipo de ellos, incluidos anestésicos generales, pero sin conocimientos para utilizarlos y la mayoría de las veces hacían más daño a los perros que bien. Aparte de que puede estar fuera de la ley, no comparto obviamente esa manera de obrar porque la falta de conocimientos la acaban pagando los sufridos perros.
Entrando en materia, en contra de lo que pueda parecer los distintos tipos de urgencias que pueden ocurrirnos en el campo con cierta frecuencia, no son muy numerosas. Además parte de esas posibles urgencias no pueden ser asistidas por el propietario, un perro con un fallo cardíaco grave o con una torsión gástrica por ejemplo, no pueden recibir ninguna ayuda por el dueño excepto ponerlo con rapidez en buenas manos. Únicamente un veterinario y con material y fármacos adecuados podría tratar de realizar alguna actuación. Por tanto he obviado incluso citarlas para evitar un artículo muy extenso.
Por tanto puede ser útil tratar de familiarizarnos con esos pocos problemas más frecuentes, para una vez en situación intentar resolverlos de la mejor manera posible.
MATERIAL: 

Para cazadores de menor, con pocos perros y con poco riesgo de encontrarse con jabalíes, yo recomendaría:
  • Teléfono móvil. Es un elemento de gran ayuda en casos de emergencia tanto de personas como de animales. Si os molesta en el chaleco dejadlo en el coche, pero nunca se sabe cuándo se va a necesitar y saca de muchos apuros.
  • Teléfonos de urgencias de 2 clínicas veterinarias que estén con teléfono de guardia las 24 horas. Al menos 2 números por si uno de ellos falla o está en algún otro aviso. Si nos desplazamos a una zona lejana buscad con anterioridad veterinarios que os puedan atender en esa zona. Preparadlo con antelación, no esperéis a tener la emergencia porque se puede perder un tiempo precioso.
  • Corticoide-Antihistamínico. Está indicado en casos de shock agudo, inflamación debida a picaduras de insectos, picaduras de serpientes, contacto con gusanos de procesionaria o sus nidos, etc. Uno de los productos comercializados se llama Urbasón inyectable, (corticoide, componente activo metil-prednisolona) la presentación es en ampollas inyectables de 20,40 y 250 mgrs. Hay que reconstituir el liofilizado con la ampolla de suero, se mezcla, se homogeneiza y se puede inyectar. Lo ideal es inyectarlo intravenoso, pero ni lo intentéis si no lo sabéis hacer, se necesitan conocimientos y con una persona únicamente para sujetar el perro es muy difícil. Inyectárselo intramuscular que aunque tarda un poquito más, es más seguro y el efecto va a ser casi el mismo. Es un medicamento que puede causar el aborto en hembras gestantes por lo que mucho cuidado a la hora de su utilización, aunque algunas veces su uso es indispensable aún asumiendo los posibles efectos secundarios. La dosis en casos hiperagudos (emergencia), como sería el caso de cualquier picadura sería de hasta unos 10 mg/kg, por lo que para un perro de 25 kilos se debería inyectar una ampolla de 250 mg. Pero incluso en el supuesto de que la reacción inflamatoria fuese masiva y con esta dosis no quedase controlada podría ser necesario inyectar una dosis mayor. Inyectar una primera dosis, esperar diez minutos para ver la reacción del animal y en caso de que la inflamación no estuviese controlada se podría repetir la dosis.
  • Emético o vomitivo. Agua oxigenada, en su defecto sal. Muy útil si el perro ha ingerido algún tóxico (herbicidas, raticidas, venenos, anticongelante, etc, etc) se debe usar cuanto antes y hasta una-dos horas después de la ingestión. Pasado ese tiempo se asume que la mayor parte del tóxico ya ha pasado a intestino y absorbido, no siendo recomendable utilizarla. Para un perro de tamaño medio de unos 20 kilos se le puede dar 20-25 mililitros con una jeringuilla directamente en la boca, pasados cinco minutos si no ha provocado el vómito se les puede dar la misma cantidad. El agua oxigenada en el estómago libera burbujas de oxígeno que aumentan la presión estomacal obligando al vómito. Se debe utilizar únicamente en caso de necesidad ante la clara sospecha de que el animal ha ingerido un tóxico y siempre que el perro tenga una buena condición. En ejemplares muy deprimidos no estaría recomendado por el riesgo de que el vómito pueda pasar a vías respiratorias originando una neumonía...
  • Vendas. Para torniquetes, cortes, cubrir heridas, etc. Mucho cuidado con ellas, mal utilizadas en heridas contaminadas son un riesgo de infección. En el botiquín de urgencias pueden ser útiles para aplicar presión a una zona bien porque exista una hemorragia, bien para inmovilizarla por una posible fractura del hueso, cubrir una herida para minimizar la contaminación bacteriana , etc.
  • Algodón.
  • Antiséptico. Personalmente utilizaría Povidona iodada (nombre comercial Betadine o similar) o Clorhexidina. Cualquier herida por pequeña que sea debe ser desinfectada para evitar infecciones. También se podría utilizar el agua oxigenada como antiséptico pero debido a que al aplicarlo escuece no es el de normal elección.
  • Pinzas. En casos de espigas, pinchos, astillas en orejas, ojos y patas son extremadamente útiles. Unas pinzas normales planas (tipo Adson) ocupan poco espacio y si la espiga no se ha introducido totalmente pueden solucionar el problema. Si no se ve la espiga no se debe hurgar en la herida o en la oreja por probar a ver si suena la flauta. Para extraer espigas en las orejas acudid al veterinario porque es necesario un otoscopio, unas pinzas especiales llamadas de cocodrilo y conocimientos para evitar dañar el tímpano, diagnosticar si existe infección y necesidad de instaurar un tratamiento antibiótico. Incluso a veces es necesaria la sedación o anestesia del perro para ello.
  • Tijeras.
  • Agujas y jeringuillas desechables. Agujas estériles de 16 mm y calibre 21, 23, 25 G. Jeringuillas estériles de 2, 5 y 20 mls.
  • Rehidratante oral. Ayuda a recuperar tanto los fluidos corporales como electrolitos en casos leves de deshidratación. En casos leves de golpes de calor en el campo o en el coche, perros muy cansados por exceso de ejercicio y falta de entrenamiento son imprescindibles. Se pueden utilizar los mismos que en humana.
  • Botella con dos litros de agua. Ante casos de deshidratación, golpe de calor o para limpiar heridas antes del antiséptico es de gran utilidad.
Para gente que lleve muchos perros y sobre todo vayan al jabalí o perros de madriguera:
Por supuesto lo mismo que antes y en mayor número. Cuando un jabalí empieza a repartir a veces no queda ni uno de los perros sin recibir.
  • Fluidos/Suero. Hay muchos tipos distintos de sueros que pueden ser utilizables en casos específicos, según la naturaleza del problema pero para facilitar su uso y generalizando, recomendaría Suero Fisiológico o Ringer Lactato. Se comercializa en bolsas estériles de medio o un litro. Importante para perros que han sufrido un golpe de calor en el campo o en el remolque de la rehala, para perros que han perdido bastante sangre y existe riesgo de hipovolemia, o simplemente para lavar los ojos del perro. El rehidratante oral ayuda a recuperar tanto los fluidos corporales como los electrolitos en casos leves de deshidratación. Pero en casos más graves se puede probar a dar de beber el rehidratante oral al perro pero además se puede inyectar algo de suero fisiológico de forma subcutánea. En un perro de 20 kg se pueden inyectar de forma subcutánea sin ningún problema 300-400 mls. Lo ideal sería poner a ese perro un gotero para que la rehidratación fuese más rápida y uniforme, pero para poner suero intravenoso hay que saber poner un catéter intravenoso por lo que debe hacerse por parte de un veterinario o personal especializado. Es conveniente primero templar el suero, con lo que basta poner la bolsa estéril con el suero en un cubo con agua caliente. Si el suero se suministra de forma subcutánea es necesario hacerlo en distintos puntos de la piel, no más de 50 mls en cada punto.
  • Adrenalina. La adrenalina es un vasoconstrictor, los capilares se contraen y ayuda a parar la hemorragia. En pequeñas heridas que no paran de sangrar, en heridas en párpados o con hemorragia en sábana (no hay una hemorragia localizada sino muchos capilares) y que no se pueden clampar (pinzar) con mosquitos (pinzas hemostáticas), la adrenalina puede ser útil. Se presenta en viales de 2 ml y se puede empapar en algodón y depositarlo en la herida a la vez que se proporciona presión en la herida para intentar frenar la hemorragia.
  • Mosquitos/Pinzas/Tijeras. Un pequeño equipo de sutura, para solucionar pequeños cortes o primeras medidas de urgencia graves. Los mosquitos son unas pinzas que se utilizan para detener las hemorragias al presionar los tejidos. Son indispensables para los perreros que van al jabalí.
  • Suturas: alguna reabsorbible tipo Vycril y alguna no reabsorbible para cerrar piel como supramida, seda o nylon. Son mejores las que vienen con la aguja quirúrgica montada. No soy partidario de suturar en el campo de cualquier manera, muchas veces es mejor aplicar presión y llevarlo a un sitio limpio y estéril donde se pueda limpiar la herida y valorar la necesidad de drenajes, dejarla abierta, etc. En las heridas la emergencia es la hemorragia, controlada la hemorragia no es tan urgente cerrar cuanto antes y es mejor acudir al veterinario. Hay quien cose a sus perros en el campo, incluso con heridas abdominales, con un importante riesgo de infecciones y complicaciones posteriores, si no hay riesgo de muerte por hemorragia sería mejor trasladar a los perros a alguna dependencia donde se pueda lavar, limpiar y disminuir la infección antes de suturar.
  • Algún hemostático en polvo o por contacto. Hemostático en polvo actúa por contacto y se puede utilizar muy fácilmente. Es una medida provisional para intentar frenar la hemorragia hasta que el animal llega a la clínica, donde será tratado más adecuadamente.
  • Crema antibiótica.
  • Crema cicatrizante. Una de las más comunes y utilizadas es Furacyn, que contiene Nitrofurazona. Ayuda a la cicatrización de heridas, manteniéndola limpia, favoreciendo la granulación de los tejidos.

CONSEJOS:
  • Un botiquín de primeros auxilios debe ser eso, no el baúl de la Piquer. Lo que en casa os pueda parecer fácil de transportar en el campo puede no serlo. Si abulta demasiado acabará en el trastero. Normalmente en el campo el mejor sitio es dejarlo en el coche. Excepto en algunos casos en que el riesgo de contacto con procesionaria era muy alto yo personalmente no suelo llevar nada encima.
  • Llamad a vuestro veterinario cuanto antes. Él os aconsejará sobre la gravedad del proceso y las posibles medidas que podáis tomar en el momento y que no sepáis o por los nervios no recordéis.
  • En los primeros auxilios son mucho más importantes los conocimientos que el material o los medicamentos.
  • En caso de duda puede ser mejor esperar al veterinario y no hacer nada que meter la pata.
  • Es necesario llevar muy pocas cosas pero que se sepan utilizar.
  • Ojo con los temas de la fecha de caducidad de los medicamentos.
  • Si hay niños asegurarse de que el botiquín queda fuera de su alcance, si puede ser utilizar una caja de mecánico a la que se pueda poner un pequeño candado.
  • Si tenéis dudas de cómo se utiliza alguno de los productos, dejadlos fuera porque en situaciones de stress y nervios no los utilizaréis.
  • Los productos deben estar acompañados de receta veterinaria, el Seprona realiza inspecciones a los ganaderos para vigilar el cumplimiento de la ley del medicamento y no realizará una excepción si registra vuestro vehículo.
  • Se debe saber la dosis y el modo de administración de cada producto. Apuntadlo en el frasco, la dosis en mililitros o rayitas de jeringuilla por cada 10 kilogramos de peso y pauta de administración (subcutánea=debajo de la piel, intramuscular=en el músculo).
  • Se debe aprender a poner una inyección subcutánea e intramuscular. Id al veterinario de confianza y explicarle que queréis aprender a poner inyecciones por si alguna vez lo necesitáis en una urgencia. Con una inyección subcutánea el riesgo de hacer un estropicio es casi nulo, con las inyecciones intramusculares hay que ir con un poco más de ojo. Las intravenosas dejadlas para personal especializado, podéis causar problemas a los perros si el medicamento no era para administración intravenosa, o una tromboflebitis (inflamación de las venas con formación de coágulos).
  • En bastantes ocasiones he atendido perros que habían sufrido un percance más o menos grave en el campo y que sus dueños, seguramente con toda la buena fe del mundo pero sin conocimientos, habían intentado solucionar por ellos mismos sin consultar con el veterinario. Suturas de heridas defectuosas, abscesos, necrosis por vendas demasiado tensas, deshidrataciones, etc, etc, son bastante comunes. Problemas que cogidos a tiempo tendrían una fácil solución, por una mala actuación o por dejadez se complican y pueden ser más difíciles de tratar. En situaciones de emergencia vuestra ayuda puede ser vital para salvar la vida del perro pero lo siguiente que hay que hacer es llevar al perro a que sea tratado por un veterinario. Cuántos perros de jabalí son cosidos por la cuadrilla de cualquier manera y vuelven a los dos o tres días por infecciones, abscesos, heridas cerradas en falso o heridas abiertas.
  • No sigáis cazando si un perro tiene algún problema, más vale pecar por precaución que agravar un problema o incluso perder un perro.
  • Cualquier perro atendido de emergencia por vosotros debería ser examinado cuanto antes por un veterinario, aunque creáis que el peligro ha pasado. Tendréis un diagnóstico y tratamiento más certero e incluso podréis aprender cómo prevenirlo o tratarlo más adecuadamente la siguiente vez. Los tratamientos que he citado son primeras medidas, pero en muchos casos es necesario un tratamiento más específico y prolongado.
  • En situaciones extremas podéis utilizar el botiquín en personas, toco madera, por ahora sólo he utilizado el agua, alguna gasa y el rehidratante oral pero nunca se sabe.
POSIBLES SITUACIONES DE EMERGENCIA que os podéis encontrar y en la que vuestra ayuda pueda ser determinante:
  • Picaduras de serpientes, picaduras masivas de insectos, contacto con gusanos de procesionaria o sus nidos. Lo que tenéis que intentar hacer primero es averiguar qué animal ha sido el que ha provocado la reacción alérgica al perro. Bastante fácil de averiguar con avispas y abejas, no tanto con serpientes y gusanos de procesionaria. El riesgo de muerte es bajo excepto si la picadura ha sido de una víbora en la cabeza o cuello del animal. El tratamiento de urgencia como ya he indicado es Urbasón inyectable. En el caso específico de picadura de serpientes se suele poder ver los agujeros en la piel provocados por los colmillos del animal. Para intentar frenar la diseminación del veneno si la picadura ha sido en una de las extremidades se podría realizar un torniquete no demasiado apretado para no cortar totalmente la circulación. Y en el caso de gusanos de procesionaria lo que se debe hacer es lavar la zona con agua jabonosa intentando arrastrar todos los pelos y sustancias urticantes, no restreguéis el área porque favoreceréis la penetración de los pelos urticantes. Y por supuesto no lo toquéis con la mano desnuda.
    Después de haber atendido de primera urgencia al perro es necesario ir al veterinario para que revalúe el caso, porque especialmente en el caso de picaduras de víboras y gusanos de procesionaria necesitarán de un tratamiento más largo y completo.
  • Golpe de calor. Muy común durante la media veda, pero también muy frecuente en las primeras semanas de la general. Perros desentrenados, perros mantenidos en coches o remolques con altas temperaturas. El animal se encuentra en estado de shock por un aumento incontrolado de la temperatura corporal con fallo de los mecanismos compensatorios. Algunos de los síntomas son colapso, jadeo constante y rápido, falta de coordinación, debilidad muscular, muy alta frecuencia cardíaca, convulsiones y pérdida de la consciencia. El riesgo de muerte del animal puede llegar a ser alto. El tratamiento de emergencia sería intentar disminuir la temperatura del animal, ponerlo en una sombra, facilitar agua de bebida y mojar con agua a temperatura templada, no demasiado fría, la zona de la cabeza y orejas especialmente y el resto del cuerpo. Superada la primera fase de estabilización del animal, habría que desplazarlo al veterinario más cercano para que se le administren sueros por vía intravenosa, uso de fármacos reguladores circulatorios, etc. Nunca dejéis que el perro se acerque al límite, si dependiera de alguno de esos perros, por su gran afición no pararían hasta literalmente caer desfallecidos.
  • Ingestión de tóxicos. Si existe sospecha de ingestión de cualquier tóxico lo primero que se debe hacer es intentar identificar el componente activo del tóxico y valorar cuándo creemos que el perro pudo haber comido el producto. Si han pasado más de dos horas no podéis hacer nada de primera mano, pero si la ingestión es más reciente se puede intentar forzar el vómito del animal. Para ello lo más fácil es utilizar agua oxigenada, para un perro de unos 20 kilos unos 20-25 militros o centímetros cúbicos, pasados 5 minutos si no ha producido el vómito se puede dar una segunda dosis. Muy importante es una vez que el perro vomite analizar el vómito para asegurarnos de que el animal había ingerido lo que pensábamos. Porque aunque creamos que el perro ha vomitado gran parte o la totalidad de lo ingerido siempre hay parte que ha sido absorbida y es necesario instaurar un tratamiento paliativo.

    Muy útil es intentar llevar al veterinario, si se puede, alguna información del tipo de tóxico para que el tratamiento más acorde sea utilizado rápidamente. Si tenéis a mano lo que creéis que ha podido ocasionar la intoxicación (ya sé que muchas veces no es factible) coged el producto junto con el perro e intentad llegar al veterinario cuanto antes.
  • Heridas. Pueden haber sido provocadas por peleas con jabalíes, con otros perros, cristales, alambradas, etc. Sólo este tema daría para hablar y escribir durante horas. El factor que hace que una herida pueda ser una emergencia es la hemorragia, el resto de los factores inflamación, infección..., pueden ser controlados más tarde. Pero si la hemorragia es grave la vida del animal puede correr peligro. Por lo tanto ante cualquier herida lo que primero hay que intentar controlar es la sangre. Métodos para hacerlo hay varios en función de la gravedad, localización, conocimientos y material. Si la hemorragia es puntual y abundante, veis el vaso a través del cual se pierde la sangre lo ideal sería utilizar uno o varios mosquitos (pinzas hemostáticas= pinzas para parar la sangre). Se intenta pinzar el vaso o el área que está sangrando y por medio de la presión controlar la hemorragia. Si no podéis o no sabéis utilizar este método, lo que se debe hacer es aplicar presión en la herida para intentar frenar la sangre y favorecer la coagulación. Llenar la cavidad de gasas o algodón y presionar con la mano o poniendo una venda. Si tenéis coagulante en polvo podéis aplicarlo con las gasas en la herida para que favorezca el proceso. La sangre es muy escandalosa, pareciendo que el perro está perdiendo gran cantidad de volumen. Debéis serenaros, la verdad es que en la mayoría de los casos la hemorragia no es fatal y en aquellos pocos en los que algún vaso muy importante ha sido afectado el desenlace es muy rápido, imposibilitando en la práctica casi ningún tipo de actuación. Por lo tanto serenidad e intentar poner todos los medios para minimizar el percance. Por supuesto en cuanto podáis acudid al veterinario para que la pérdida de sangre sea recuperada cuanto antes, con transfusiones si es necesario, fluidos intravenosos. Los tratamientos de las heridas pueden ser muy variados según la zona, el grado de contaminación, el tratamiento post operatorio que podamos ofrecer al perro, etc y no siempre suturar la herida es la mejor opción. En algunas convendrá coser, en otras dejarla abierta, en otras poner drenajes, utilizar vendajes, reavivar bordes ...
  • Fracturas debidas a caídas, accidentes de tráfico, etc. Se puede intentar inmovilizar la zona con una venda y mucho cuidado (cualquier perro si siente daño puede morder) y acudid al veterinario. Si el perro se mueve y pensáis que es difícil poner una venda no os compliquéis, dejadlo sin vendar. La mejor manera de trasladar a un perro con fracturas es colocar una manta bajo él, el peso se distribuye mejor y es menor doloroso para él. Con las fracturas también intentad mantener la serenidad, sé que es difícil cuando un perro tiene mucho dolor o incluso en fracturas abiertas donde el hueso ha desgarrado la piel. Os vuelvo a decir, la verdadera emergencia de la fractura sería la hemorragia, que se debe controlar mediante presión y vendajes. Por supuesto que cuanto antes se pueda acudir al veterinario para reducir la fractura, controlar la infección mucho mejor, pero las fracturas no suelen ser peligro para la vida del animal. Aunque posibles problemas asociados a ellas (especialmente en accidentes de tráfico) como rotura del bazo, edema cerebral, rotura diafragmática sí pueden llegar a ser fatales.

    Alberto Arciniega. Veterinario.