14/10/10

12 AÑOS DE MEDIA VEDA EN OURENSE

En el verano del año 1999 los Tecores (cotos de caza) situados en los terrenos de la Laguna de Antela afrontaron el difícil reto de poner en funcionamiento un novedoso sistema de aprovechamiento de la codorniz durante los meses de agosto y septiembre. Aquella oportunidad de demostrar a la Administración y a los grupos anti-caza que se podía realizar un aprovechamiento de la codorniz sin que se cumpliera su vaticinio de “vais a acabar con todo bicho que se os ponga por delante” no fue desaprovechada por los cazadores ourensanos, y doce años después, quizás ha llegado el momento de echar la vista a tras y tomar conciencia de lo que se hizo, levantar la cabeza con un poquito de orgullo.

Ha llegado el tiempo de recordar aquel pequeño triunfo, y de los que vinieron después, cuando con mucho esfuerzo fuimos capaces de ampliar también la caza a la paloma torcaz y a la tórtola, convirtiéndonos de nuevo en ciudadanos y cazadores de primera, como los del resto de Autonomías de España. Dando un paso más en nuestra reivindicación diaria por conseguir "Los Derechos de la Caza”.

El nuestro es un colectivo acostumbrado a ver como limitan y coartan día tras día su actividad de ocio, como si de una pequeña fortaleza permanentemente asediada se tratara, esperando una y otra vez agachados detrás de nuestras murallas las envestidas de todos los que nos rodean y que vienen dispuestos a morder un pedazo más de las almenas que defendemos cada vez con más convencimiento de que esos nobles que nos lideran desde antaño siguen subidos a los altos minaretes color marfil de este castillo nuestro que se llama “La Caza”, carentes de intención y de argumentos para defendernos, ondeado  una bandera con cinco aros de colores sobre nuestras cabezas que no nos hace sentir nada, y sin querer bajarse de esas alturas que deben marearles hasta el punto de no dar el golpe de mano que haga cambiar de una vez por todas el rumbo de esta contienda.

En la dureza de esa cruenta batalla que libramos día a día, no debemos olvidar nuestra identidad de cazadores, y recordar triunfos como el que hemos logrado en Galicia utilizando únicamente los argumentos de la caza racional y sostenible, y sin necesidad de hablar de ni de dineros, ni de campeonatos ni de gaitas de esas.

Editorial de octubre de