1/4/10

Rastrean la posible presencia de oseznos en la sierra de O Courel

Técnicos de la Dirección Xeral de Conservación da Natureza tratan de confirmar la presencia de crías de oso pardo en la sierra de Courel, que podrían acompañar a alguno de los ejemplares adultos cuyo rastro se ha detectado en la zona en los últimos días. Según fuentes de la Consellería de Medio Rural, algunos testimonios de vecinos de la zona permiten suponer que puede haber también oseznos, pero esta circunstancia todavía no ha sido corroborada. En caso de ser así, sería la primera vez que se registra la presencia de crías de esta especie en la montaña lucense, que dejó de tener núcleos reproductores en la zona al menos desde el siglo XIX.

La posibilidad de que aparezcan oseznos entre los ejemplares errantes que están recorriendo la zona se ve reforzada por el hecho, recientemente comprobado, de que en la parte leonesa de la sierra de Os Ancares haya ahora dos osas con crías, que han sido observadas por los técnicos de la Fundación Oso Pardo. El presidente de esta entidad, Guillermo Palomero, ya precisó en días pasados que una de estas osas está criando dos cachorros y la otra, uno solo. «Es la primera vez en veinte años que detectamos la presencia de dos osas criando oseznos al mismo tiempo en esa zona, lo que demuestra que en Os Ancares se está consolidando un núcleo reproductor», afirma.

Visitas más frecuentes
La presencia de las crías en la zona leonesa, según Palomero, hace prever que las visitas de los osos a las sierras orientales gallegas se volverán más frecuentes en los próximos años. Esta posibilidad, según los responsables de la fundación, no debería causar inquietud entre los vecinos y visitantes de estas zonas, puesto que los osos rehuyen a los humanos y se alejan cuando notan su presencia gracias a su poderoso olfato. «El riesgo de tener un encuentro desagradable con un oso no es mayor que el de tenerlo con un jabalí», indica el presidente de la entidad. «En las zonas de la Cordillera Cantábrica donde hay poblaciones estables de osos no tenemos constancia de ningún ataque a seres humanos», añade.

Las hembras que están criando oseznos -continúa Palomero- pueden ser más agresivas, pero solo reaccionan de forma violenta si ven que sus cachorros están siendo amenazados o molestados, algo que por otra parte también pueden hacer las jabalinas. Para evitar problemas de este tipo, por lo tanto, lo único que hay que hacer es no acercarse a los oseznos en el caso improbable de que uno se los encuentre por el monte. «Con la ganadería mayor tampoco suele haber problemas y en caso de que produzcan daños al ganado, la Administración está obligada por la ley a indemnizar a los afectados», apuntan desde la fundación.

El inconveniente más serio que puede tener el incremento de las visitas de los osos es que probablemente aumentarán los casos de destrozos en las colmenas, como los que se registraron hace algunos años en Quiroga y en otros lugares. «Pero este problema puede solucionarse fácilmente protegiendo los colmenares con pastores eléctricos y para eso los apicultores deben tener ayudas económicas de la Administración», dice Palomero.

La Fundación Oso Pardo señala por otra parte que la presencia de los plantígrados puede ser muy beneficiosa para el fomento del turismo. «No se puede decir a la gente que venga a contemplar osos en el medio natural, que es algo sumamente difícil debido a su carácter huidizo, pero las zonas frecuentadas por estos animales ganan mucho prestigio y atraen a muchos visitantes, porque la presencia de los osos es un indicio de que en esos lugares el medio ambiente está bien conservado», comenta a este respecto.